Más panameños campeones en el fútbol internacional

Saprissa levantó la copa 33 en un partido cargado de polémica, con toda la emoción de una final pero también todo el bochorno de un Torneo Invierno al que le sobraron los cuestionamientos.

Dos penales no pitados, un puñado de amarillas que nunca llegaron, muchas broncas, más alegatos, dos goles y dos expulsiones: todo eso pasó en 90 minutos de los que se hablarán por mucho tiempo.

Hubo méritos en el título de la S: el oportunismo de Fabrizio Ronchetti, el golazo de Marvin Angulo y sin duda la entrega de todo un equipo que no quería llevar su semestre a una final; pero también hubo vergüenza por un arbitraje que al final perjudicó a todos, el fútbol especialmente.

Antes de cinco minutos las camisetas rotas de Ronchetti y Francisco Calvo anunciaron lo que se venía: sería una guerra sin cuartel y sin mediador, porque a Wálter Quesada la cita le quedó grande, como grande le quedó el torneo a la Comisión de Arbitraje.

El fútbol volvió con el gol del delantero uruguayo apenas al minuto 8, precedido de un error grosero de William Quirós, quien le dejó servido el balón para matar: 1-0.

Ese tanto lo cambió todo, porque el Team perdió la ventaja que le daba un eventual empate y el Monstruo puso el juego donde quería, donde le servía.

Hasta ahí el choque caminó con fiereza, con dos equipos entregados a sus causas y dos planteamientos que mezclaron garra y estrategia. ¡Había partido y había fútbol! El problema vendría después, cuando la patada de Roy Miller a Yendrick Ruiz en el área no terminó en nada, como tampoco lo haría la mano de Calvo minutos después.

Ahí se enrareció el ambiente, fue un foul innecesario al espectáculo, ingrato para la cita.Alegatos después el segundo tiempo recibió a un Herediano molesto, enardecido por la imagen de un Hernán Medford que pedía a gritos no continuar el partido.

El choque siguió con corazón pero sin razón: hubo más polémica, más broncas.Llegó también el golazo de Marvin Angulo (76'), un trallazo imparable valedero por la corona y que redondeó un torneo brillante para el volante morado, posiblemente junto a Calvo el mejor hombre de esta “final”.

Las expulsiones de Esteban Granados y Randall Azofeifa cuando ya todo estaba perdido le pusieron rostro a la furia del campeón saliente, un Herediano que luchó hasta el final con hidalguía. Hoy, en medio de tanto, es difícil reprocharle algo a los rojiamarillos.

Al final no hubo necesidad de más partidos, Saprissa se calzó la corona de campeón con polémica ajena y mérito propio. La 33 se exhibe en Tibás.

(Fuente: Teletica)