Lawrence invocó la unidad como clave para Trinidad y Tobago

El entrenador del próximo rival de Panamá conversó con los medios oficiales de FIFA.

Dennis Lawrence, seleccionador de Trinidad y Tobago. | Foto: FIFA.com.
Dennis Lawrence, seleccionador de Trinidad y Tobago. | Foto: FIFA.com.
Redacción SomosLaSele
21 de marzo 2017 - 15:17

El mejor recuerdo que guarda Dennis Lawrence del Mundial de 2006 puede resultar sorprendente. No fueron los esfuerzos en Dortmund del larguirucho defensa de Trinidad y Tobago, secando a un joven Zlatan Ibrahimovic y a un veterano Henrik Larsson en un histórico empate contra Suecia. Ni siquiera fue el encuentro contra Inglaterra, donde los modestos Guerreros Soca obligaron a David Beckham y compañía a exprimirse casi hasta el límite.

“Sé que es extraño, pero el mejor momento para mí no fue ni siquiera en Alemania”, señala a FIFA.com Lawrence, nombrado hace poco seleccionador de su país. De hecho, ni siquiera fue en un campo de fútbol… “Fue al bajar del avión en el aeropuerto de vuelta a casa, tras ganar nuestra eliminatoria de repesca en Bahréin para acceder a nuestro primer Mundial. Parecía que el país entero estaba allí para recibirnos”.

Una sala de llegadas llena de admiradores –agitando banderas para recibir a un equipo de fútbol victorioso– no es algo precisamente inusual. Pero para Lawrence, y para su pequeña nación caribeña, fue especialmente significativo. “Es la primera vez que recuerdo ver a todo el país celebrar algo en unidad”, resalta el ex defensa, que pasó gran parte de su carrera de jugador en el fútbol inglés con dos conjuntos galeses, Wrexham y Swansea City. “Ese momento se me quedó grabado para siempre”.

En un país que consta de dos islas –Tobago, pequeña y tranquila; Trinidad, más grande y más desarrollada–, la división es la norma. De hecho, así lo recuerda constantemente la conjunción “y” que separa los nombres de ambas… Pero la palabra que más le gusta utilizar a Lawrence es “unidad”. En su primer cargo como seleccionador, el ex capitán y 89 veces internacional con Trinidad y Tobago confía en hacer arrancar a la formación isleña, tras haber perdido sus dos primeros encuentros en el hexagonal final de la CONCACAF clasificatorio para Rusia 2018.

Fe y unidad

“El principal reto es conseguir que el equipo crea”, apunta Lawrence, segundo entrenador del Wigan cuando ganó la Copa de Inglaterra en 2013, e integrante del cuerpo técnico del Everton posteriormente. Con apenas 42 años, es un hombre que posee sus propias ideas. Es pausado en su forma de ser y modesto en su discurso, pero obra de acuerdo con sus convicciones. Incluso, convenció al ex mítico jugador del Arsenal Sol Campbell para ser uno de sus ayudantes, en un cuerpo técnico cuidadosamente seleccionado. “En realidad, la batalla es contra nosotros mismos”, añade. “Conseguimos acceder al Hexagonal, así que estamos aquí por algo. Necesitamos entender eso. Podemos vencer a cualquiera de estas cinco selecciones si tenemos nuestro día”.

No hay muchos trinitenses que sepan lo que hace falta para clasificarse para un Mundial. Pero Lawrence es uno de ellos, y conoce de primera mano los sacrificios y las dificultades que entraña. Incluso, marcó el gol de la victoria –uno de los cinco que firmó con su selección– en la vuelta de la repesca intercontinental en Bahréin. Pero la humildad no le permite presumir de ello. “Creo que lo marqué”, confirma riendo después de insistirle. “Fue un gol de cabeza”.

Trinidad y Tobago fue la nación más pequeña en clasificarse para un Mundial, pero desde entonces ha pasado por momentos difíciles. Recientemente perdió en casa contra Surinam y Haití, unos resultados que la dejaron fuera de la Copa Oro de la CONCACAF del próximo julio, y que costaron el puesto al belga Tom Saintfiet tras sólo 35 días como seleccionador.

De la actual plantilla, sólo Kenwyne Jones y Carlos Edwards recuerdan cómo olía el césped en Alemania. Lawrence necesitará que esos dos veteranos guíen a jóvenes como Levi García, el fenomenal extremo del AZ Alkmaar holandés, que ni siquiera tenía 10 años cuando Trinidad y Tobago compitió contra rivales mucho más ilustres en la cita mundialista. “Formaron parte de aquella época”, apunta Lawrence. “Si se erigen en líderes y dan ejemplo, los chicos jóvenes los seguirán”.

Legendario mentor

En aquellos días gloriosos, Lawrence prestó mucha atención a su seleccionador, aquel holandés que fumaba un pitillo tras otro y que dirigió magistralmente la campaña clasificatoria de Trinidad y Tobago. “A mi modo de ver, Leo Beenhakker no tiene igual a la hora de ser influyente en un equipo de fútbol”, asevera Lawrence. “Su manera de comportarse, su disciplina, y cómo dirigía a los jugadores… era increíble”.

Beenhakker fue la primera persona a la que llamó Lawrence después de que le ofrecieran el puesto de seleccionador. “Simplemente me dijo: ‘estás preparado, así que adelante, hazlo’”, revela.

Lo que más desea Lawrence es volver a ver a su país unido bajo su bandera, como lo estuvo en el Aeropuerto Internacional de Piarco a finales de 2005. Básicamente, no puede desprenderse de esa sensación… “Sé lo que es representar a esta nación como jugador. Conozco la cultura. Sé cómo respetar y ser respetado”, subraya Lawrence, que se niega a considerar al siguiente encuentro, en casa contra Panamá, una final donde sólo valga la victoria.

Y como en aquel día soleado en el aeropuerto, Lawrence quiere volver a ver esa unidad tan difícil de conseguir; que los jugadores en el césped y los aficionados en la grada formen una piña. “No quiero ver simplemente a los chicos salir a jugar porque sí”, concluye, dejando clarísimas sus intenciones. “No somos Inglaterra ni Brasil, pero nuestros aficionados tienen una forma especial de amar el fútbol. Desean el éxito, y yo quiero brindárselo de nuevo”.

(Tomado de FIFA.com)

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