Correos implican a Patrick Hickey (OCI), detenido por reventa ilegal de entradas en Río 2016

Mensajes incriminatorios

Patrick Hickey (OCI)
Patrick Hickey (OCI) / Getty Images
Afp
23 de agosto 2016 - 20:28

La policía brasileña afirmó este martes tener pruebas contra el presidente del Comité Olímpico Irlandés (OCI), Patrick Hickey, de 71 años, detenido preventivamente en Rio de Janeiro por reventa ilegal de entradas para los Juegos de Río 2016.

"El análisis de los mails confirma que el presidente del OCI, Patrick Hickey, estaba en contacto directo con Marcus Evans, director de THG, para la venta de boletos a precios muy superiores al oficial", declaró el inspector Ricardo Barbosa de Souza en una conferencia de prensa.

El 15 de agosto, fecha de la detención de Hickey, la policía había emitido cuatro órdenes de arresto, una de ellas contra el británico Marcus Evans, presidente del club inglés de fútbol Ipswich y director de la compañía THG.

"El OCI recomendaba THG para la venta de boletos al público irlandés. Salvo que THG no fue homologada por el comité organizador. Entonces otra empresa fue creada, la Pro 10", explicó Barbosa.

"Patrick Hickey y Kevin James están en la prisión de Bangu 10, en detención preventiva. Tenemos siete prófugos, entre ellos Marcus Evans, el gran mentor del sistema, que controla THG. Y confiscamos los pasaportes de tres personas", indicó por su parte Aloysio Falcão, comisario de la Policía civil de Rio.

El domingo, día del cierre de los Juegos, la policía había registrado las oficinas del Comité Olímpico Irlandés. Los pasaportes de Kevin Kitly, jefe de misión de la delegación irlandesa, Dermot Henihan y Stephen Martin fueron confiscados para evitar que salieran del país.

Henihan fue interrogado el martes, mientras que la policía hará lo propio con Kitly y Martin el jueves.

El escándalo comenzó el 5 de agosto, en la apertura de Rio-2016, con el arresto del irlandés Kevin James Mallon y de otros diez brasileños que vendían entradas compradas con tarjetas de crédito pirateadas.

Mallon es uno de los dirigentes de la empresa THG Sports, que había sido autorizada para vender entradas para los Olímpicos de Londres en 2012 y de Sotchi en 2014, pero no para los Juegos de Rio.

Este tráfico generó unos ingresos de "al menos 10 millones de reales (3,15 millones de dólares). El valor de origen de las entradas incautadas era de 626.000 reales pero se vendían a hasta 30 veces su precio", dijo el miércoles Ricardo Barbosa, de la unidad antifraude de la policía de Rio de Janeiro.

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