Se pierde la esperanza ante un Woods repetitivo

Con el US Open cerca de comenzar

Se pierde la esperanza ante un Woods repetitivo
Se pierde la esperanza ante un Woods repetitivo
Ap
17 de junio 2015 - 18:51

UNIVERSITY PLACE, Washington, EE.UU. (AP) -- La frecuencia de las preguntas ha aminorado, más que nada porque es como un disco rayado.

Puede ser que ya nadie espera mucho, incluso el mismo Tiger Woods.

La caída en desgracia del mejor golfista de su era se puede medir de diversas formas, ya sea con su actual ranking mundial (195) o la tarjeta de 85 golpes que firmó hace dos semanas en un torneo Memorial que ha ganado cinco veces.

Otro ejemplo llamativo se dio cuando el jugador más joven del Abierto de Estados Unidos, que arranca el jueves, habló sobre su primer recuerdo de ver golf por televisión. Cole Hammer, un chico de 15 años proveniente de Texas, mencionó que se trató de Woods levantando el puño tras forzar un desempate que eventualmente ganó en el campo de Torrey Pines.

Han transcurrido siete largos años desde que Woods ganó ese Open, y hasta en las casas de apuestas de Las Vegas se confirman las remotas posibilidades de triunfo que se le dan. Se le señala con un 50-1.

Eso no le impedirá que la televisión de Estados Unidos le siga de cerca el jueves al transmitir la primera ronda en horario principal. Woods sigue generando atención, pese a que ya no proyecta esa aureola de jugador que estaba en condiciones de ganar todo torneo en el que participaba.

Lo que ha cambiado es que el público lo sigue ya no para verlo ganar, sino para atestiguar su caída. Y en un campo poco convencional que incluye trenes cruzando con regularidad, el descarrilamiento de Woods es inminente.

Ha hablado sobre haber mejorado, dijo que su nivel va tomando forma con miras a ganar el 15to major de su carrera. Recordó a los reporteros que ha ganado tres veces el Open, como si todo eso fuera suficiente para llevarlo automáticamente al estatus de contendiente.

Pero el progreso para Woods hoy en día no se mide ya con respecto a su cercanía al nivel que llegó a tener. Se trata de alejarse del punto en que se encuentra -un jugador que sorprendentemente no puede descifrar cómo hacer lo básico en el campo de golf que solía dominar.

Sí, Woods regresó para librar el corte en el Masters después de avergonzarse a sí mismo con un juego descontrolado y de nivel amateur en sus primeros dos torneos de la temporada. Pero, no, no estaba compitiendo el domingo, como aseguró. Woods se hallaba 10 golpes detrás con la misma posibilidad de alcanzar a Jordan Spieth como la que tiene el joven Hammer de coronarse en Chambers Bay.

Aún más alarmante es que desde su regreso luego de un receso para atender fallas en el juego, Woods ha terminado con un total de 57 golpes detrás del ganador en los tres torneos en que ha participado.

"Luego de analizar cómo jugué en Phoenix y en Torrey (Pines), estoy seguro que la mayoría de la gente pensó que estaba loco por creer que podría ganar el Masters", declaró Woods. "Pero realmente me sentía capaz de hacerlo. Tuve una oportunidad, sólo que no logré concretarla".

Por lo que Woods sigue en la negación, quizá la única forma de seguir jugando. Rivales más jóvenes con mayor control lo han pasado de largo, pero no hay que esperar que lo reconozca.

Se acerca a su cumpleaños 40 en diciembre, un momento en la vida de todo atleta en el que las cosas no son tan fáciles como solían serlo. Y lo hace mientras cada uno de sus movimientos es analizado en un deporte que, como el mismo Woods lo señaló, no hay un manager que decida reemplazarte en el montículo cuando las cosas no salen del todo bien.

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