La Sirena del hielo, Bárbara Hernández, se descongela en un cubo de basura en cuarentena en Chile

La Sirena del hielo, Bárbara Hernández, se descongela en un cubo de basura en cuarentena en Chile / EFE
Efe
01 de agosto 2020 - 19:08

La nadadora chilena de aguas gélidas Bárbara Hernández, conocida mundialmente como 'la Sirena del hielo' lleva meses sin entrarse en el agua y ve descongelarse sus opciones de éxito desde el interior de un cubo de basura lleno de hielo en el que practica durante la cuarentena en Santiago.

Hernández es campeona del mundo en 1 kilómetro en aguas heladas y la mejor del ránking mundial por tercer año consecutivo, pero su disciplina no es olímpica y ha quedado fuera de los permisos excepcionales otorgados por las autoridades sanitarias chilenas a deportistas para poder desplazarse a entrenar durante la cuarentena.

Por eso, desde la casa de sus padres en el barrio santiaguino de Recoleta, entrena a duras penas para preparar la ultramaratón de Manhattan y ser la primer atleta chilena en conseguir la Triple Corona de aguas abiertas (que se complementa con el cruce del Canal de la Mancha entre Francia y Reino Unido, y el de Catalina entre la isla homónima y la costa de California).

¿Pero cómo nadar durante unas 10 horas los 47 kilómetros de aguas abiertas a 16 grados alrededor de la isla neoyorquina sin haber nadado desde el 13 de marzo? "Esto es amor al agua y a la bandera, nada más", dijo a Efe durante una entrevista.

La nadadora indicó que en una situación normal habría preparado la cita estadounidense con tres o más meses de antelación, a una media de 100 kilómetros semanales en piscina climatizada y sesiones en el mar para mantener el cuerpo en contacto con el frío, ya que no viste más que un traje de baño cuando compite, ni neopreno ni grasa.

"Ahora estoy en mi cubo de la basura con un poco de agua y hielo, que es para aclimatarse, porque eso ni siquiera es nadar, es para no perder la sensación del frío", confesó apesadumbrada por las circunstancias.

NECESIDAD DE PERMISO PARA ENTRENAR

La situación de cuarentena en la capital chilena ha dejado a la sirena varada en el jardín de la casa de sus padres y a la espera de que el Ministerio del Deporte contemple su petición para poder al menos practicar en las 6 semanas que le quedan para viajar a Nueva York.

"Me darían un permiso especial para ir al Estadio Nacional a la piscina climatizada. Ese era mi lugar de entrenamiento antes de la pandemia, de seis a diez de la mañana todos los días", afirmó.

Estas excepciones fueron entregadas a comienzos de julio a unas 1.000 personas del mundo del fútbol profesional y 250 atletas olímpicos clasificados o en proceso de conseguir un billete para los Juegos Olímpicos de Tokio.

Hernández no formó parte de esa nómina, por lo que sigue sin poder nadar. La alternativa son entrenamientos de simulación en casa.

"He estado entrenando en seco y he agarrado el coraje para ahora ir igual a hacer esto aunque no haya nadado en piscina. Estoy entrenándome en casa una hora de yoga, una de bicicleta en ritmo de hasta 160 pulsaciones por minuto estable, más dos horas de preparación física", indicó.

EN BUSCA DE LA TRIPLE CORONA "SÍ O SÍ"

A falta de mes y medio para tirarse al agua que rodean la isla de Manhattan, Hernández tiene claro que necesita poder nadar ya: "Yo entiendo que hay mil deportistas que deben estar en la misma situación que yo. Pero ¿cuántos de estos compiten por Chile en seis semanas? Creo que es un filtro lógico, mi calendario está vigente y el de otros no".

"Voy a ir sí o sí", aseveró la nadadora, quien encuentra una contradicción no estar incluida entre las excepciones para entrenar en medio de la cuarentena al mismo tiempo que el propio Ministerio del Deporte financia sus participaciones internacional a través de una beca.

Los ahorros se le agotan y su valorada reputación a nivel mundial como nadadora de aguas abiertas quedaría bordada en oro si consigue la tercera prueba que forma la Triple Corona, que desde hace más de 100 años reconoce a los mejores nadadores del mundo en este deporte.

Para ello Hernández reconoció que para ser reconocida como tal necesita terminar la carrera sin ser descalificada, pero no es tarea fácil sin haber podido prepararse de forma óptima.

"El nado es continuo y quiero hacerlo en un tiempo decente, ojalá 9 o 10 horas. Soy superexigente, pero tengo que tener en cuenta que no me he metido en el agua en meses. Mi idea es ir a jugármela y terminar el nado. Y no lesionarme porque son nados peligrosos, el año pasado murió un nadador por las corrientes", señaló Hernández.

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