Racismo podría dejar a España sin sede olímpica o del mundial

Ap
13 de febrero 2009 - 14:51

MADRID (AP) — Sus grandes logros deportivos podrían convertir a España en candidata natural a organizar los Juegos Olímpicos de 2016 y la Copa del Mundo de fútbol del 2018, pero su incapacidad para controlar la conducta racista y extremista de muchos fanáticos seguramente conspirará contra sus posibilidades. El deporte español atraviesa por una época dorada gracias los triunfos de Rafael Nadal en los torneos de Grand Slam, a la conquista de la Copa Davis y la Eurocopa, y a los éxitos del ciclista Alberto Contador. Parece el momento perfecto para conseguir la sede de los dos principales eventos deportivos del planeta. Pero la imagen del país ha sido empañada por la actitud de sus fanáticos. Un momento inolvidable fue durante un partido de exhibición en el 2004, cuando los espectadores congregados en el estadio de fútbol Santiago Bernabeu recibieron a los jugadores negros de la selección inglesa lanzando epítetos racistas. "En España hay un problema profundo. La lucha contra el racismo no se ha tomado con seriedad. El problema es la falta de educación y de sensibilidad cuando se trata de lidiar con el racismo", declaró a la Associated Press Esteban Ibarra, presidente del Movimiento Contra la Intolerancia. Los insultos contra jugadores por su etnia o su color de piel son constantes y se producen en todas las regiones del país. En febrero de 2006, el goleador del Barcelona Samuel Eto"o, oriundo de Camerún, estuvo a punto de abandonar la cancha en un encuentro en Zaragoza, debido a los insultos. El mes pasado, el Real Madrid fue multado con 3.000 euros (3.900 dólares) luego que algunos fanáticos exhibieron pancartas fascistas y lanzaron consignas contra jugadores rivales, prometiendo que los iban a matar o que los enviarían a las cámaras de gas. España desea compartir con Portugal la sede del mundial del 2018. Otros países que compiten por la sede son Inglaterra, Estados Unidos, Rusia, Japón, Australia y Holanda-Bélgica. El anfitrión será elegido por la FIFA en diciembre de 2010. "No hay cabida en el fútbol para la corrupción o el racismo", declaró la FIFA en un comunicado enviado a la AP. "El fútbol, dado su alcance global, su poder y su influencia, tiene el deber de actuar de una manera responsable y progresista". El gobierno español aprobó una ley contra el racismo en los deportes en julio de 2007 en un intento por tomar medidas drásticas contra ese tipo de conducta, pero los expertos han dicho que la ley no es utilizada. Los clubes pueden ser multados hasta por 842.000 dólares y perder puntos, lugares en la tabla e incluso ser relegados por graves incidentes, pero corresponde a la Federación Española de Fútbol hacer cumplir esas sanciones. Un "boom" de la construcción y del turismo en España durante la pasada década ha alentado la inmigración. Y la súbita oleada de extranjeros ha conducido a un incremento de la xenofobia, que se ha diseminado de las ciudades a las aldeas. "Antes del 2000 uno caminaba por la calle y no veía nadie de otro color", expresó Joan Lino, un cubano que ganó una medalla de oro en salto en largo compitiendo por España en los Juegos Olímpicos de Atenas en el 2004. Lino colabora con la campaña de Madrid en procura de la sede olímpica del 2016. "La integración es siempre complicada, pero los españoles no son racistas", dijo Lino. "No estaban acostumbrados a la inmigración. Ahora tienen que adaptarse al cambio. Pero creo que es un poco exagerado hablar de racismo". Entre tanto, fanáticos extremistas, generalmente de ultraderecha (los "ultras"), siguen ingresando en los estadios sin problemas. Además de infiltrarse en todos los niveles del fútbol español, tienen "una influencia fundamental en promover la xenofobia en el seno de la sociedad", dijo Ibarra. En España, sólo el Barcelona ha hecho un esfuerzo, en tanto clubes como el Real Madrid han dado apoyo público a los extremistas. El ex presidente del Real Ramón Calderón declaró en una ocasión que "sobre los ultras sólo tengo que decir cosas buenas". La prensa, por otra parte, no ha ayudado mucho. Cuando el entonces técnico de la selección Luis Aragonés ofendió al francés Thierry Henry para motivar a uno de sus jugadores, el periodismo le dio un tono humorístico a sus comentarios. No extrañó entonces que en el partido siguiente, los hinchas ofendiesen a jugadores de Inglaterra.

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