La convicción del 'Tata' no se negocia

La convicción del 'Tata' no se negocia
La convicción del 'Tata' no se negocia
Goal
16 de junio 2015 - 14:53

Texto de Goal.com

Hace cuatro años, Gerardo Martino dejaba de ser técnico de la Selección de Paraguay y pronunciaba una frase que bien pudo terminar hipotecando su futuro: "No sé si ha sido bueno que Grondona esté tanto tiempo al frente de la AFA".

Días antes de morir, sin embargo, Julio Grondona lo eligió como sucesor de Alejandro Sabella al frente de la Albiceleste. Porque, sencillamente, era el mejor entrenador posible. Las negociaciones las llevó adelante Luis Segura. Y tuvo que aceptar condiciones para finalmente acordar con el Tata. “No soy de los entrenadores que creen que hay que tirarse de cabeza ante una propuesta, aunque ésta sea de la Selección”. Ése es Martino: dice lo que piensa, actúa en consecuencia. Un militante del sentido común.

El Tata jura no recordar quién ni por qué le puso ese apodo. Pero es parte de su marca registrada. Con apenas un partido disputado como futbolista en la Selección argentina, encara un desafío mayúsculo, incluso más abarcativo desde lo emocional de lo que representó su última experiencia al frente de Barcelona, uno de los equipos más poderosos del planeta.

Las últimas fotos de su Newell’s campeón pueden distorsionar la imagen completa. Pelota jugada por abajo desde el arquero, dos laterales bien abiertos, el volante central que bajaba a mostrarse como alternativa de pase entre los zagueros, la búsqueda de sociedades en triángulos, un equipo ancho que se hacía profundo. Jugaba muy bien, y además jugaba lindo, ese Newell’s. De hecho, fue esa fórmula la que entusiasmó al Barça. Pero hubo otro Martino antes, al frente de una Selección de Paraguay aguerrida, que achicaba espacios y apostaba a la salida rápida, al desdoblamiento de los mediocampistas para colaborar en defensa y que buscaba que sus dos o tres delanteros, nunca menos, pudieran galopar con espacios. Así, en el Mundial de Sudáfrica 2010, llegó hasta cuartos de final y estuvo cerca de eliminar a España, luego campeón. Con la misma fórmula, fue finalista de la Copa América 2011 disputada en Argentina, donde cayó ante Uruguay en el partido decisivo.

Gerardo Martino es todas esas personas en un solo envase. Su desafío es transformar el subcampeonato mundial de Brasil 2014 en un proyecto integral, con identidad. Y él ya sabe por dónde empezar: “Quizás el cambio en el fútbol argentino pase por desdramatizarlo. Y hacerlo desde lugares como la Selección, que son tan importantes, puede ser vital”. La Copa América 2015 es su primera gran cita con la gloria, en busca de ese título que a la Selección Argentina se le niega des

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