El fútbol une a Camerún, un país agobiado por el conflicto y la guerra

Los jugadores de Camerún celebran una victoria.
Los jugadores de Camerún celebran una victoria. / AFP
Afp
03 de febrero 2022 - 10:31

En las calles y los bares de las grandes ciudades de Camerún, cada victoria del país anfitrión de la Copa de África de Naciones (CAN) ha estado acompañada desde hace un mes de escenas de júbilo, que han silenciado por el momento las profundas divisiones internas.

Pese a algunos cruces de disparos en los que resultaron heridas varias personas al inicio de la competición en Buea, al oeste, escenario de un cruento conflicto separatista desde hace cinco años, las amenazas de grupos armados de perturbar el torneo han quedado en papel mojado por ahora.

Del mismo modo, a tres días de la final, no se ha hablado de los yihadistas de Boko Haram ni del grupo Estado Islámico (EI), cuyos ataques mortales en el extremo norte suceden con frecuencia en Camerún.

Todo el país parece unido en su apoyo a los Leones Indomables. Banderas en las ventanas, fervor popular, celebraciones con vuvuzelas tras cada partido... un sentimiento patriótico invade Camerún desde el inicio del torneo.

"Esta CAN ha sido un momento de unidad, un paréntesis que silenció momentáneamente las divisiones. Todos los cameruneses están enamorados del fútbol, incluso los que quieren la secesión", señala a la AFP Ambroise Essomba, politólogo de la Universidad de Duala.

Incluso la oposición al presidente Oaul Biya, que a sus casi 89 años lleva cuatro décadas dirigiendo el país con mano de hierro, instó a apaciguar las tensiones.

Su principal líder, Maurice Kamto, apeló que no se hicieran "comentarios despectivos sobre la CAN", a pesar de que decenas de activistas de su partido acababan de recibir condenas de hasta siete años de prisión por "marchas pacíficas" contra el régimen.

Ni Kamto ni ninguna voz destacada de la sociedad civil tampoco pretenden obtener rédito político por la estampida que mató a ocho personas a la entrada del estadio Olembé de Yaundé el 24 de enero, antes de un partido en Camerún.

Una tragedia, sin embargo, atribuida a las autoridades por la "imprudencia" de los responsables policiales, que no destinaron suficientes agentes al evento.

- Represión despiadada -

"Todos estamos en bloque detrás de Camerún y esperamos que después de la CAN siga así. Vivimos en paz en el país, es solo una minoría la que plantea un problema", asevera Brice Kesseck, un vendedor de alfombras de 36 años.

"Con la CAN, todos los cameruneses nos hemos encontrado", añade Dieudonné Varsia, treintañero, acampado frente a un hotel con su uniforme amarillo de guardia de seguridad.

"Fútbol y política son dos cosas diferentes. La CAN no me va a cambiar la vida. Vengo del extremo norte y como todos mis hermanos de Yaundé, huimos de nuestra región y vivimos con miserables trabajos", lamenta.

Para Richard Makon, docente-investigador de la Universidad de Duala, "la CAN ha demostrado que los cameruneses pueden unirse en torno a una causa común, hablar entre ellos, estar juntos para defender la bandera y esta es una victoria importante. Era algo inimaginable".

La CAN era una prioridad para Biya para restaurar su imagen, considerablemente dañada en la escena internacional desde su enésima victoria presidencial controvertida en 2018.

Las oenegés internacionales y la ONU acusaron durante meses a sus fuerzas armadas de reprimir sin piedad los movimientos separatistas de la minoría de habla inglesa en la parte occidental del país, y el poder de encarcelar "ilegalmente" cualquier voz crítica, acusaciones rechazadas enérgicamente por Yaundé.

El jefe de Estado aprovechó la ceremonia inaugural para hacer una rarísima aparición pública y recibir -desde el techo corredizo de su vehículo blindado- una ovación por parte de la multitud cuando circulaban insistentes rumores sobre su frágil estado de salud.

En todo el país, los carteles lo muestran sonriendo con un balón de fútbol presumiendo de un "triunfo juntos".

- ¿Remodelación? -

"Logró organizar esta CAN y está saliendo reforzado", señaló Makon, "pero este impulso solo puede consolidarse si toma medidas efectivas para resolver las preocupaciones de los cameruneses: su calidad de vida, gobernabilidad, consolidación de la democracia y el conflicto anglófono", entre otros, enumera el politólogo.

"Sin embargo, estoy bastante seguro de que solo habrá unas pocas medidas para demostrar que Paul Biya mantiene las riendas y conserva el derecho a la vida o la muerte sobre cualquier político", prosigue Makon.

"Es muy probable que haya una remodelación, pero los barones se quedarán porque el presidente no quiere revelar sus intenciones sobre su sucesión", indica Makon.

"Caerán varias cabezas", pronostica Essomba. "La CAN engulló mucho dinero de los contribuyentes y el presidente lo insinuó". En sus deseos del 31 de diciembre de 2021, prometió que "todos los que sean culpables de malversación de fondos o de enriquecimiento ilícito asumirán las consecuencias ante los tribunales competentes", concluye Essomba.

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