El Valencia clasificó a las semifinales de la Copa del Rey

El Valencia CF jugará las semifinales de la Copa del Rey después de una durísima eliminatoria de 180 minutos, otros 30 de prórroga y una tanda de penaltis en la que el gran protagonista fue Jaume Domènech.

Al detener el segundo y tercer lanzamiento del Alavés, que erraron Pedraza y Hernán Pérez, allanó el camino para que Rodrigo, Mina y finalmente Gayà con sus aciertos desde los once metros certificaran una clasificación que a lo largo de los 120 minutos en Mendizorrotza había estado por momentos tan perdida como ganada.

Un partido feo de verdad pero de una tremenda emoción que se desbordaría al final con un triunfo en los penaltis que ni el propio Marcelino quiso ver.

Si entre salir a buscar el gol o defender el cero en su portería Marcelino dijo que la mejor y la menos peligrosa era la primera, o sus jugadores tampoco le creyeron esta vez o es que, simplemente, no pudieron.

Sobre todo porque la primera ocasión que se puede reseñar en el área del Alavés no llegó hasta el minuto 70 de partido, todavía con empate a cero en el marcador. Hasta ese momento, que es cuando empezaron a pasar las cosas importantes, el juego estuvo marcado por la intensidad y sobre todo por las imprecisiones que una y otra vez cometían los jugadores del Valencia, incapaces de conservar la posesión del balón.

Entre eso y el empuje de los vitorianos, que les llevaba a ganar casi todos los balones y duelos de cuerpo a cuerpo, la sensación era que la iniciativa y el control estaban en manos de los de Abelardo.

Eso se acentuó a partir del minuto 20 de partido, cuando el Valencia perdía a Gabriel por una lesión que en un principio parecía de gravedad.

El equipo quedó noqueado sobre el campo, el Alavés olió la debilidad y elevó todavía más las pulsaciones. El Valencia no podía en ningún momento con la presión. Y no aparecía nadie, ni Parejo, ni Kondogbia ni un Guedes especialmente desacertado.