Sevilla sorprendió al Barcelona en Copa del rey

Sport.es
06 de enero 2010 - 10:01

Ni regalos, ni alegría, ni felicidad, ni nada. La afición azulgrana acabó la noche de Reyes con un mal humor como hace tiempo que no se recordaba en el Camp Nou. Y todo por obra y gracia de un colegiado: Pérez Burrull, que si hizo alguna carta a sus Majestades de Oriente, se merecería carbón. Su arbitraje acabó de desquiciar a un Barça que, las cosas como son, anda muy justo de fuerzas en este inicio del 2010. Y ello sin quitar méritos tampoco al Sevilla, que a pesar de contar con una decena de bajas, rindió a un gran nivel. La noche, fría y lluviosa, empezó y acabó con sorpresas. La agradable, sin duda, fue la titularidad de Gabriel Milito. Más que una excelente noticia, un auténtico regalo para todos los culés. El argentino reaparecía por primera vez en partido oficial desde que se lesionó gravemente la rodilla hace ya dos años. La afición azulgrana, entusiasmada, coreó su nombre incluso antes de empezar. El mejor "fichaje" de invierno está en casa. Su rendimiento, a pesar de la lógica falta de ritmo de competición -ya la adquirirá con el tiempo- fue impecable. Aunque, por desgracia, el arbitraje y el resultado final deslucieran la fiesta. Milito fue el protagonista del revolucionario once presentado por Pep Guardiola. El entrenador barcelonista reservó a sus "intocables" y dejó a los pesos pesados en el banquillo. A todos, excepto a tres: Dani Alves, Andrés Iniesta y Leo Messi. La apuesta, por desgracia, no funcionó. El "10" del Barça volvió a ser, de largo, el mejor. Pero sus "slaloms", internadas y remates no fueron suficientes para desarbolar a un sólido y duro Sevilla. Leo, frenado a patadas Sólo a base de faltas supo el conjunto andaluz frenar al mejor futbolista del mundo. Y en ello tuvo mucho que ver la permisividad de Pérez Burrull. El cántabro estuvo horroroso, peor aún que su colega González Vázquez el pasado sábado en la Liga, y perdonó la amarilla a Romaric y Navarro pese a sus repetidos agarrones y patadas a Messi en la primera mitad. Leo pudo haber adelantado al Barça antes del descanso: en el 9", obligó a lucirse a Palop con un potente disparo desde la frontal. Y en el 22", estrelló en la cruceta un prodigioso disparo sin ángulo desde la línea de fondo. Si llega a marcar, hubiera sido el golazo de la Copa. El Sevilla, por su parte, sólo inquietó a Pinto con un disparo de falta de Romaric... Una de las notas positivas del choque para los azulgranas fue la buena labor del canterano Thiago Alcántara. El joven mediocentro, hijo del mítico Mazinho, jugó como si llevara toda la vida en el primer equipo. Un futbolista técnico, pero también fuerte y potente, que apunta muy alto. Arbitraje desquiciante El Barça dominaba, y Guardiola decidió dar entrada a Ibrahimovic en la segunda mitad para romper el 0-0. Pero quien desequilibró la balanza no fue el sueco, sino Pérez Burrull. El cántabro pasó por alto un dudoso penalty de Komko a Zlatan en el 58", y en la acción inmediatamente posterior, Capel marcó el 0-1. El delantero andaluz culminó libre de marca en el área una asistencia de Renato tras una gran internada de Perotti por la izquierda (59"). Chygrynskiy y Maxwell no estuvieron acertados en el marcaje... Lo que vino después fue surrealista. En el 70", el árbitro anuló un gol legal a "Ibra" por una inexistente falta en ataque a Konko. El sueco remachó a la red un centro-chut de Bojan, pero el gol, incomprensiblemente, no subió al marcador. Por fortuna, Pérez Burrull no encontró motivos para anular, tres minutos después, el 1-1. Obra, cómo no, de Ibrahimovic. El sueco culimnió de forma magistral un contragolpe yéndose por velocidad desde el centro del campo tras un pase largo de Márquez, y tras driblar a Palop, marcó a puerta vacía (1-1, 73"). La alegría en el Camp Nou duró menos que un caramelo a la puerta de un colegio, porque instantes después, el colegiado señaló un más que dudoso penalty de Chygrynskiy a Capel. Y fue más que dudoso porque el agarrón del ucraniano al andaluz se inició... antes de que Capel se internara por el lateral del área. Un error más del colegiado, que debió pitar la falta fuera, y que Negredo no desaprovechó, pues convirtió la pena máxima en el 1-2 definitivo (75"). De esta manera se complicó el Barça el pase a los cuartos de final de la Copa del Rey. El miércoles que viene tocará remontar en el Sánchez Pizjuán...

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