Pep vuelve a Barcelona para enfrentar a Messi

Una semifinal de la Champions con un ingrediente especial

Pep vuelve a Barcelona para enfrentar a Messi
Pep vuelve a Barcelona para enfrentar a Messi
Ap
05 de mayo 2015 - 09:24

BARCELONA, España (AP) -- Con nueve copas de Europa repartidas entre ambos, Barcelona y Bayern Munich bañan en plata el cartel de semifinales que les enfrenta el miércoles en el choque de ida en el Camp Nou. Las letras doradas las ponen Lionel Messi y Pep Guardiola, el ex entrenador barcelonista que regresa a su casa para medir fuerzas con su más brillante discípulo.

El cargado palmarés de ambas entidades centenarias, enfrentadas también históricamente en cuestiones estilísticas, y el marco de una penúltima ronda continental, bastan por sí solos para resaltar la trascendencia del cruce; pero la tensión emocional añadida responde a los dos indiscutibles protagonistas de la cita, que se reencontrarán por vez primera en partido oficial desde que Guardiola decidió dejar el Barsa en 2012, cerrando una brillante época en que recolectó 14 títulos de 19 posibles.

Messi ganó su cuarto y más reciente Balón de Oro al poco de abandonar el técnico la entidad catalana, y no ha vuelto a celebrar una Champions desde entonces, vapuleado precisamente por el Bayern con global de 7-0 en las semis de hace dos años, luego eliminado en cuartos por el Atlético de Madrid, eventual subcampeón.

"El año pasado fue difícil para mí por lo que pasé fuera de la cancha y las lesiones. Por suerte, este empezó de forma totalmente diferente. Las sensaciones son buenas y estamos tranquilos", explicó el martes Messi, en su primera comparecencia oficial desde 2013. "Aprendí mucho con Guardiola e intenté seguir creciendo cuando se fue. No volvimos a hablar. La motivación es el partido", zanjó el rosarino.

Obviando el presente curso, en que Messi totaliza 51 dianas y 26 asistencias en todas las competiciones y se exhibe como futbolista total, la mejor versión del astro argentino surgió bajo la dirección de Guardiola, quien también cuenta tres títulos europeos con el Barsa: dos como entrenador, otro como futbolista.

El desgaste entre ambos se hizo evidente en el tramo final de la etapa del técnico, que optó por tomarse un año sabático antes de fichar por el Bayern. El relevo en el club azulgrana lo asumió Tito Vilanova, fallecido tras conquistar la liga española, y luego Gerardo Martino, rosarino como Messi, pero incapaz de exprimir el máximo talento de su paisano. Guardiola y "La Pulga" se reencontraron por primera vez en julio de 2013 mientras el Barsa gestionaba a contrarreloj el arribo de Martino, y el cotejo amistoso cayó, 2-0, del lado del Bayern.

Aparentemente superadas las tensiones que afloraron a principios de año con su actual técnico, Luis Enrique, Messi anda enchufado en el tramo decisivo de la tercera temporada post-Guardiola, en que el Barsa opta a todos los títulos: es también finalista de la Copa del Rey y líder del campeonato con dos puntos de ventaja sobre el Real Madrid, con tres fechas pendientes.

"Lo que pasó ya pasó. No tenemos ningún problema con Luis Enrique. La relación es bueno como con el resto de compañeros", afirmó Messi. "Fuimos de menor a mayor y estamos con muchas ganas, tenemos un poco de todo. El míster nos dio libertad de escoger un poco la posición, pero depende de cómo se vaya dando el partido".

El Bayern alcanza la cita con los deberes hechos, pues ganó su tercera liga consecutiva con cuatro partidos pendientes; aunque fue incapaz de conquistar la copa, cayendo en semifinales ante el Borussia Dortmund.

La eliminatoria le salió cara al conjunto bávaro, que perdió al punta Arjen Robben por lo que resta de temporada y vio como el goleador Robert Lewandowski quedaba maltrecho por un golpe en el rostro que le obligará a jugar con máscara en el Camp Nou.

Las ausencias acechan a Guardiola, pues el creativo Franck Ribery y el central David Alaba, claves en la construcción, tampoco estarán disponibles. Y la derrota liguera del sábado, 2-0 frente al Bayer Leverskusen, dejó mal sabor de boca.

El Barsa tan solo lamenta la baja del defensor Jeremy Mathieu y se siente fuerte, física y mentalmente, para retar al único equipo capaz de doblegarle en las últimas 32 citas europeas en su estadio, aunque en aquella ocasión no jugó Messi.

"Esperamos un partido distinto. Para nosotros los lesionados no fueron excusa y tampoco servirá mañana para ellos", consideró el argentino, quien junto con Neymar y Luis Suárez forma una tripleta ofensiva temible: 108 dianas anotadas en el curso. El uruguayo se motiva especialmente en la Champions, donde acumula seis dianas en siete partidos, y va como un cohete en la liga, con un doblete y un triplete en la última semana.

El bagaje emocional ya es otra cosa, en una entidad acostumbrada a mirarse el ombligo y a la que parece incomodar el regreso de su técnico más exitoso con el club que mayor herida dejó en tiempos recientes.

"Nos conocen bien. Son intensos en defensa y tienen recursos en ataque, pero a nuestros puntas es difícil pararlos", subrayó Luis Enrique.

Como antídoto, como siempre, aparece Messi, presente en la previa y esperado en la cancha, con el prestigioso cruce Barsa-Bayern de inmejorable reclamo.

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