Sudáfrica despide a Nick Durandt, entrenador de 38 campeones del mundo

Murió a los 53 años de edad

Nick Durandt
Nick Durandt / Getty Images
Efe
05 de mayo 2017 - 13:25

Discípulos, admiradores, familiares y amigos dieron hoy su último adiós en Johannesburgo al legendario entrenador y promotor sudafricano de boxeo Nick Durandt, que llevó a conseguir el campeonato del mundo a 38 púgiles.

Durandt murió el pasado 21 de abril a los 53 años en un accidente de moto en la localidad de Clarens, en la provincia sudafricana del Free State.

Compañeros del club de motociclistas Crusaders, del que era presidente, y personalidades del mundo del boxeo sudafricano le homenajearon hoy en la Iglesia Maronita Nuestra Señora del Líbano de Mulbarton, en el sur de Johannesburgo, donde se ha celebrado su funeral.

La presidencia sudafricana y el Consejo Mundial del Boxeo lamentaron su muerte y reconocieron su enorme contribución a este deporte, tanto en Sudáfrica como en el plano internacional.

Entre sus pupilos que se convirtieron en campeones del mundo se cuentan el tres veces campeón de Sudáfrica y del mundo Thulani "Sugarboy" Malinga, Jeffrey Mathebula y Malcolm Klassen.

Conocido por la estricta disciplina de sus métodos, fue uno de los entrenadores que preparó a Hasim Rahman cuando este boxeador estadounidense noqueó contra todo pronóstico al entonces campeón mundial de los pesos pesados Lennox Lewis.

El histórico combate tuvo lugar el 22 de abril en la localidad de Brakpan del East Rand de Johannesburgo, una zona industrial emblemática de la clase trabajadora blanca en la primera ciudad del país austral.

Figuras de talla mundial como Pernell Whitaker, Oscar de la Hoya o Evander Holyfield también entrenaron con Durandt en algunos de los campos de preparación internacionales en los que participó durante su carrera.

Durandt nació en 1963 en Wolverhampton (Reino Unido), y se mudó de joven a Sudáfrica acompañando a su padre, que fue jugador del Wolverhampton Wanderers y del Charlton Athletic de la primera división de fútbol inglesa.

El que sería años después el mejor entrenador de Sudáfrica nunca subió al ring como boxeador, y aprendió los secretos del deporte con el mítico púgil sudafricano de origen libanés Willie Toweel.

Una larga cabellera rubia, el perenne pañuelo negro que llevaba en la cabeza y la infinidad de tatuajes que cubrían sus brazos daban una imagen inconfundible a Durandt, que se caracterizaba por un estilo vehemente y directo que le incapacitaba para los compromisos políticos y las intrigas diplomáticas.

Desilusionado por la falta de iniciativa de las autoridades del boxeo, Durandt dejó su actividad profesional en mayo del año pasado, y se dedicó a sus otras dos pasiones: las motos y los tatuajes.

Coronas de flores y una gran fotografía suya que le muestra con su habitual gesto desafiante le recordaban esta semana delante del negocio de tatuajes que tenía en el barrio de Norwood de Johannesburgo.

Durandt regentó hasta el momento de su muerte varios gimnasios en diversos puntos de Johannesburgo. Su hijo Damian, que gestionaba los gimnasios, continuará la dedicación de esta familia al boxeo.

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