De un campo agrícola cañero a las Grandes Ligas

Severino González está por cumplir el sueño de su vida

De un campo agrícola cañero a las Grandes Ligas
De un campo agrícola cañero a las Grandes Ligas
Johnny Rujano
27 de abril 2015 - 14:08

Severino González era un niño flaco y callado cuando dio la primera señal de que su brazo escondía una fuerza inusual: ganó una competencia en el kínder de la escuela de Los Boquerones, al lanzar más lejos que sus compañeritos una pelota de béisbol.

Con ese gran disparo, 'Chevito', como se le apoda popularmente, se ganó su primera medalla, recuerda su hermana Sheyla.

Algo más de una década y media después, este chico de hogar humilde y nacido en un pequeño poblado cultivador de caña de azúcar en la provincia central de Veraguas cristaliza el martes un sueño gigantesco, de esos que lo dejan a uno con una profunda mezcla de emoción y de sorpresa, más cuando se lo vio crecer: El martes por la noche, el derecho de 22 años debuta con los Filis de Filadelfia, nada menos que en un duelo de visitante contra los Cardenales de San Luis, el actual líder de la División Central de la Liga Nacional.

"Gracias a Dios se cumplió mi sueño", escribió González por chat a este medio el domingo, antes de emprender el viaje a San Luis. Agregó que la noche del sábado, después de que los Filis perdieran ante los Bravos de Atlanta 5-2, recibió la noticia de su vida y que comunicó de inmediato a su familia por teléfono.

En Los Boquerones hubo lágrimas de alegría. A una familia entera le cuesta conciliar el sueño desde entonces, a medida que el debut se acerca.

González se convierte en el 54to pelotero panameño que sube al mejor béisbol del mundo, un júbilo mayúsculo particularmente para la provincia de Veraguas, que ahora puede pavonearse de contar con dos hijos de su tierra en la Gran Carpa, pues el jugador de cuadro Rubén Tejada lo hace con los Mets de Nueva York desde el año 2010.

Pero lo de González tiene un condimento especial, ya que el martes la suerte de los Filis podría depender en buena medida de lo que haga el novato veragüense con su compatriota Carlos Ruiz, el hombre detrás del plato de Filadelfia. Una buena combinación González-Ruiz, como la de un padre con un hijo, puede apagar los bates candentes rivales. Los Filis, con un comienzo de temporada a los tumbos, están en un proceso de renovación. Chevito, entonces, es sangre joven y asoma vital para ese ciclo.

LESION DE O’SULLIVAN ABRE LAS PUERTAS

El llamado de González se dio más rápido de lo esperado. La puerta se le abrió en la rotación a raíz de una tendinitis en la rodilla que envió al abridor Sean O’Sullivan a la lista de lesionados. El relevista Dustin McGoman lo remplazó el 23 de abril en un partido contra los Marlins de Florida, pero fue castigado con cuatro carreras e igual número de boletos en 3 1/3 de episodios.

González también venía de arrancar comentarios positivos del manager Ryne Sandberg, después de su primera apertura en la pretemporada primaveral contra los Bravos, en la que el muchacho de Los Boquerones no se amedrentó, combinó bien sus lanzamientos y mostró un buen control, en donde estriba su fortaleza. Tras la pretemporada, fue enviado a la Triple A Lehigh Valley, en donde en tres aperturas registró efectividad de 3.57, con 9 ponches y dos bases por bolas en 17 2/3 de episodios.

La efectividad del derecho panameño en las menores es de 2.99.

ENTRE EL POLVO Y FAMILIARES CON EL BÉISBOL EN LAS VENAS

'Chevito' González nace un 28 de septiembre de 1992, cuando la lluvia está en su apogeo en esta zona agrícola y de caña de azúcar. El único hijo varón de un lazo conyugal formado por Severino González padre y Mélida Cruz, del que nacieron además tres hijas.

Los Boquerones es un poblado de varios centenares de habitantes por cuyo corazón pasa la carretera Panamericana y en donde el béisbol nunca fue ajeno, sobre todo en décadas pasadas. González padre y posteriormente varios tíos de Chevito, entre ellos Villo y Rogelio Cruz, jugaron en los torneos del área cañera y heredaron ese amor por el deporte al novato de los Filis. Rogelio, por ejemplo, le servía de receptor en la casa, en tanto que su mamá Mélida lo acompañaba siempre en sus partidos en la provincia y fuera de ella.

González padre jugó como jardinero y fue un gran bateador en los torneos del corregimiento. Otros familiares mostraron buenos brazos.

'Chevito' heredó de su padre también el carácter. El señor González, actualmente un operador analista de planta de tratamiento de agua en el Ingenio La Victoria, es de poco hablar y no es dado a los viajes, contrario a su esposa.

En época seca, el polvo se adueña de una calle pedregosa y de tierra que pasa frente a la casa de concreto y zinc de la familia González-Cruz. Mientras los camiones pasan cargados de caña de azúcar quemada, Chevito no dejaba de calentar su brazo. Él nunca trabajó en la zafra de azúcar, como lo hicieron su papá, sus tíos y otra generación anterior de chicos que se vieron obligados a hacerlo para pagar sus estudios, aunque sin dejar a un lado el bate y la pelota para los encuentros rudimentarios.

El muchacho, calladamente, se concentró en la pelota y fue escalando. Logró vestir la camiseta de la provincia de Veraguas en los torneos nacionales, hasta que llegó el día en que un cazatalentos de los Filis se fijó en su aplomo y control envidiables. Tras su firma, se lo envió a entrenamiento en Venezuela, en donde no demoró en destacarse.

Y cuando regresaba a casa, en el receso de temporada, Chevito no dejaba de entrenar y de compartir sus experiencias y conocimientos aprendidos con niños de su corregimiento y de la provincia.

'CALICHO', EL MENTOR

La hermana de Chevito, Sheyla, contó que en una visita que le hicieron a Carlos Ruiz en Estados Unidos, el receptor comentó que "veía que ‘Chevín’ a un muchacho centrado y con disciplina". En este viaje también estuvo doña Mélida.

'Calicho' Ruiz ha convertido de hecho en un mentor del veragüense, al que no duda en darle consejos. "Es como una especie de padre para mí. Me dice cómo debo hacer las cosas", comentó González.

¡Quién más para servir de guía! Para nadie es un secreto la capacidad del chiricano para guiar a los lanzadores de Filadelfia y el reconocimiento que se ganó en el pasado reciente en los éxitos del club de la Liga Nacional.

Claro está, que lo de 'Chevito' González es apenas el gran primer envión en un deporte donde tendrá que ser consistente para poder perdurar.

No obstante, el otrora chico que ganó la medalla en su escuelita con el lanzamiento de pelota más distante, puede darse ya golpes de pecho y proclamar que alcanzó un peldaño soñado por numerosos chicos en el mundo del béisbol.

Ahora que comienza a retoñar la caña de azúcar con las primeras lluvias, un oriundo de Los Boquerones arranca una historia fascinante que nadie se la imaginaba.

*Johnny Rujano es un periodista profesional que se crió en Los Boquerones.

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