El Madrid barre al Barça en la Final del Baloncesto

El Real Madrid le devolvió el triplete al FC Barcelona... Ganando un póquer de títulos. Aunque fuera en baloncesto, el club merengue se dio el gusto de cerrar la temporada deportiva con un éxito rotundo sobre el gran rival, al que barrió en el play-off final de la Liga por un incontestable 3-0.

Es la tercera vez en toda la historia de finales entre Barcelona y Real Madrid que se decide por la vía rápida, con un 3-0. Lo consiguió el Madrid en 1994, le respondió en 2001 el Barça y lo hizo este año nuevamente el equipo merengue, que conquistó el título que hace un año lograron los catalanes.

El equipo entrenado por Pablo Laso, y en el que Sergio Llull o Sergio Rodríguez pudieron disputar sus últimos minutos antes de dar el salto a la NBA, se había dado un homenaje en los dos primeros partidos disputados en Madrid, ganando por 78-72 el duelo inicial y por 100-80 el segundo, quedando así a una victoria del título que podía conquistar por la vía rápida en el tercero, algo que no sucedía desde 2011.

Y el Madrid, que hace un año perdió (3-1) esta misma final ante el Barça, asaltó el Palau Blaugrana después de seis derrotas consecutivas, venciendo, por fin, en el partido de la verdad, en el momento preciso, en el choque decisivo.

Protagonistas de las tres últimas finales en la Liga, de las que el Barça de Xavi Pascual había conquistado dos, el coraje de los merengues se enfrentó a la frialdad azulgrana. Y se llevaron el premio de principio a fin. Tras arrollar en Madrid viajaron a Barcelona con la mirada puesta en no perdonar y no lo hicieron.

Ante Tomic, con 29 puntos y un porcentaje de 14 aciertos de 15 tiros, mantuvo el tipo en un Barça muy desdibujado, superado por la responsabilidad y se diría en muchas fases del partido ausente, sin ritmo, sin nervio y sin el hambre de gloria, de triunfo, que se dibujó en los jugadores del Madrid.

A cada trabajada canasta del pivot azulgrana respondía el rival con otra fácil. De los primeros 18 puntos del Barcelona, 14 (con un perfecto 7 de 7) llevaron la firma del croata. Pero el acompañamiento era nulo y enfrente el juego de equipo, liderado por Llull, daba alas a un Madrid certero y que tras acabar el primer cuarto con empate a 17 se marchó disparado al descanso con un 34-48 poco menos que definitivo.

O eso parecía. El Barça, catapultado por el ánimo de la hinchada que llenó el pabellón, obró el milagro y llegó a ponerse por delante en el marcador (62-59) en el tercer cuarto, pero el espejismo duró lo que duró, y la aparición de Rodríguez, el acierto de Carroll y el trabajo de Nocioni devolvió la ventaja merengue.

Lesionado Juan Carlos Navarro, que ni se vistió, Hezonja pasó como un fantasma por el partido con apenas 10 minutos en los que no anotó, Abrines fue utilizado menos de lo esperado y el despertar de Doellman, Oleson o Satoransky se contempló demasiado tardío. De otros como Pleiss, Thomas o Jackson apenas si hubo noticias...

Huérfano, sin alma, sin nervio ni personalidad, el Barcelona acabó por ser un juguete roto ante un Madrid que ni precisó el acierto de Rudy Fernández (se quedó en cuatro puntos) ante la exhibición de sus compañeros, a los que se sumó en el cuarto definitivo Jaycee Carroll para concretar el asunto.

Las estadísticas del encuentro no dejaron lugar a la duda. En lanzamientos de dos puntos el acierto del Barça fue de 23/38... Pero restando el 14/15 de Tomic se quedaría en un vergonzante 9/23 que explica muchas cosas. Casi tantas como el acierto en los triples porque mientras el Madrid anotó 14 de 23 intentos, el Barça se quedó en solo 10 de 30. Ni la igualdad de los rebotes (31-32) le valió al equipo catalán para mantener el pulso. Quizá porque, como se escuchó al acabar el partido en la parte noble del pabellón, "el Madrid es mejor, se sabe mejor y pelea por ser mejor".

85-90 y el Madrid campeón de Liga, después de conquistar la Supercopa, la Copa del Rey y la Euroliga para cerrar la temporada con un póquer histórico con el que salvar el honor del equipo de fútbol, hundido moralmente por la gloria azulgrana de Messi y compañía. La alegría, ya se sabe, va por barrios y por días y en este final de junio, en el cierre de la temporada deportiva, el Madrid sacó pecho con el baloncesto.